Afrontar el estrés que produce la gestión del tiempo con Mindfulness

En nuestra sociedad, el tiempo cronológico se ha convertido en uno de los más importantes causantes de estrés.

En algunas etapas de la vida, podemos tener la sensación de que nunca nos queda tiempo para hacer todo lo que necesitamos. A veces, no sabemos por dónde se nos escapa, simplemente percibimos que el tiempo pasa muy deprisa y los años se van sucediendo de manera vertiginosa… En otras etapas, puede transcurrir lentamente y convertirse en eterno. Son momentos en los que no sabemos qué hacer con el tiempo que tenemos.

Por extraño que parezca, en este artículo voy a sugerir, como antídoto contra el estrés que se produce tanto por la falta de tiempo como por su exceso, el uso de un recurso que puede resultar bastante extraño: el recurso de la inacción, es decir,  el “no hacer”. Espero que podáis comprobar por vosotros mismos que nuestra relación con el tiempo puede transformarse con la práctica del “no hacer”.

Si nos sentimos abrumados por las presiones debidas al tiempo, podemos preguntarnos cómo  podríamos crear algún hueco en nuestra agenda para poder practicar el “no hacer”. Por otro lado, si nos sentimos solos, aburridos y lo único que tenemos entre las manos es tiempo, también podemos hacernos la pregunta de cómo sería posible rellenar esta carga de tiempo vacío con no hacer nada…

La respuesta es sencilla. La paz interior existe fuera del tiempo. Si nos comprometemos a pasar algunos momentos todos los días en quietud interior, tendremos la experiencia de estar fuera del correr del tiempo. La calma, la relajación y el equilibrio que genera dejar que el tiempo corra transforman nuestra forma de experimentarlo, y puede que entonces nos resulte posible dejarnos ir con el tiempo durante un día en vez de estar siempre luchando contra él, o sintiéndonos empujados por él, y ello por el simple hecho de aportar conciencia a la experiencia de vivir en cada momento.

También es importante ser conscientes de que el tiempo es un producto del pensamiento. Los minutos y las horas son convenciones que nos ayudan a encontrarnos, trabajar y comunicarnos unos con otros a nuestra conveniencia y con armonía, pero carecen de significado alguno. Parafraseando a Einstein en relación con su explicación sobre el concepto de la relatividad: “Si uno está sentado encima de una estufa caliente, un minuto puede parecerle una hora, pero si, en cambio, hace algo que le produzca placer, una hora puede parecerle un minuto”.

Otra forma de liberarnos de la tiranía del tiempo consiste en vivir más el presente. Desperdiciamos una enorme cantidad de tiempo y de energía elucubrando sobre el pasado y preocupándonos por el futuro. Cualquier cosa que hagamos adquiere mucha más riqueza cuando actuamos con conciencia y aceptación, es decir, cuando dedicamos tiempo a ser.

Por último, cabe indicar que otra forma de librarnos de la tiranía del tiempo es simplificar de alguna manera nuestras vidas. Simplificar nuestras vidas, aunque sólo sea en pequeños detalles, puede lograr que las cosas sean muy diferentes. Si ocupamos todo nuestro tiempo, no nos quedará ninguno libre, y ni siquiera nos daremos cuenta de ello. Simplificar puede implicar dar prioridad a las cosas que queremos y tenemos que hacer y, al mismo tiempo, optar con conciencia plena por dejar de lado otras cuestiones. Puede significar también aprender a decir no en algunas ocasiones, incluso a cosas que querríamos hacer, o a personas por las que nos preocupamos y a las que desearíamos ayudar, para de esta manera proteger y resérvanos algo de espacio para el silencio, para el “no hacer”.

Acabo esta entrega. Sólo me queda indicaros que el próximo blog versará sobre el sueño y los problemas relacionados con él…

Gracias por vuestra atención. Espero poder ayudaros con estos escritos a vivir con más dignidad y paz.