Como os comenté en la última entrega, seguiremos hoy dando más pautas para un trabajo más consciente. Vivir con una mayor plenitud y una mayor consciencia, todo lo relacionado con nuestro ámbito laboral:
- Después de almorzar salgamos y hagamos algún ejercicio, bien todos los días, bien unos cuantos días a la semana puesto que el ejercicio es una excelente forma de reducir la tensión.
Lógicamente, nuestras posibilidades de llevar a cabo una rutina de este tipo dependerán de la flexibilidad de nuestra jornada laboral. Si podemos hacerlo, nos ayudará a despejar la mente, disminuir la tensión y terminar el día o comenzar la tarde frescos y con nuevas energías. Muchas empresas han organizado para sus empleados programas de ejercicios, entre los que se encuentran los aeróbicos, el levantamiento de pesas, el yoga y la danza, tanto en la hora del almuerzo como después del horario laboral.
Es necesario recordar, sin embargo, que un programa de ejercicios requiere el mismo tipo de compromiso que la meditación, y que también es importante practicarlo con conciencia plena.
- Intentemos pararnos un minuto cada hora para prestar atención a nuestra respiración. Perdemos mucho más tiempo al día soñando despiertos en el trabajo. Empleemos estas “mini-meditaciones” para sintonizar con el presente y simplemente ser. Utilicémoslas como momentos de reagrupamiento y recuperación. Sólo necesitamos recordar hacerlo. Ello no es sencillo, ya que nos dejamos llevar fácilmente por el impulso de seguir conectados con todo lo que hay que hacer.
- Utilicemos todas las señales de nuestro entorno como recordatorios para centrarnos y relajarnos: el timbre del teléfono, el tiempo muerto frente al ordenador, la espera hasta que alguien termine algo antes de poder empezar nosotros. En vez de relajarnos “distrayéndonos”, relajémonos sintonizando con el momento presente.
- Mostrémonos atentos a nuestras comunicaciones con la gente durante la jornada laboral. ¿Son satisfactorias o problemáticas? Pensemos como mejorarlas. Tengamos conciencia de las personas que suelen relacionarse con nosotros de forma pasiva y aquellos que lo hacen con hostilidad. Pensemos en la forma de acercarnos a ellas con más éxito. Pensemos en cómo podríamos ser más sensibles a los sentimientos y necesidades de los demás. ¿De qué forma podríamos ayudar a otros en el trabajo si estuviésemos más atentos? ¿Cómo podría ayudarnos en la comunicación una mayor atención al tono de voz y al lenguaje corporal?
- Al final del día, pasemos revista a lo que hemos logrado y hagamos una lista de lo que necesita hacerse mañana. Señalemos prioridades a los diferentes puntos de la lista para que sepamos cuáles son los de más importancia.
- Antes de salir del trabajo, prestemos atención al acto de caminar y al acto de respirar. Seamos conscientes de la transición que supone lo que llamamos “salir del trabajo”. Pasemos revista a nuestro cuerpo. ¿Está cansado?, ¿nos mantenemos derechos o inclinados?, ¿qué expresión muestra nuestro rostro?
- Si utilizamos transporte público, observemos cómo andamos, que postura adoptamos mientras esperamos de pie o sentados. Fijémonos en si nos apresuramos. ¿Podemos “ceder un poco” y ser dueños de esos momentos que transcurren entre la salida del trabajo y la llegada a casa tanto como si se tratase de otros momentos de nuestra vida?
- Si conducimos, tomémonos un momento otra vez para sentarnos en el automóvil antes de ponerlo en marcha. Conduzcamos hasta casa con atención plena.
- Antes de entrar por la puesta de casa, tomemos conciencia de que estamos a punto de entrar en casa. Tengamos conciencia de esa transición que llamamos “llegar a casa”. Tratemos de saludar a todos con plena conciencia y estableciendo contacto visual.
- En cuanto nos sea posible, quitémonos los zapatos y la ropa de trabajo. El cambio de ropa puede completar la transición de pasar del trabajo al hogar y permitirnos integrarnos con mayor rapidez y conciencia en nuestro papel de no-trabajo. Si podemos, tomémonos cinco minutos para meditar antes de hacer ninguna otra cosa, ya sea preparar la cena o cenar.
Te ofrezco todas estas pautas como sugerencias, no como parte de un programa diario. Cada persona adaptará estas pautas a sus circunstancias para ayudarle a disminuir su estrés laboral. En el próximo escrito os hablaré de la alimentación y el Mindfulness.
Gracias por vuestra atención. Espero poder ayudaros con estos escritos a vivir con más dignidad y paz. También podéis encontrarnos en Jaén, nuestro equipo de Psicólogos en Jaén y yo, estaremos encantados de atenderle.