Mindfulness y sanitarios.
En el 2014 Andrés Martín Asuero presentó los resultados de un estudio pionero en España. En ese estudio, desarrollado por los doctores Mike Krasner y Ron Eptein de la Escuela de Medicina de la Universidad de Rochester, se probaba la efectividad del Programa Mindfulness aplicado al ámbito de la Medicina. La intervención tenía por objeto registrar el efecto del programa en cuatro variables: niveles de burnout, grado de empatía, estado de ánimo y desarrollo de Mindfulness. Como complemento a este registro, se llevó a cabo un cuestionario de evaluación para recoger comentarios y cambio de hábitos atribuidos al entrenamiento.
Autocuidado y sanitarios.
Los resultados fueron muy positivos, y tras las primeras ocho semanas de intervención el 100% de los participantes manifestaron que se sentían mejor después del programa, el 88% tenía más energía y el 66% manifestó que su grado de actividad había mejorado.
El 76% de los participantes indicaron que la intervención les había ayudado a realizar algún cambio en su actitud. A su vez, casi la mitad de estos cambios se experimentaron como mejoras relacionadas con el autocuidado. Con frases como: “me dedico más tiempo a mí misma” o “identifico lo que me produce estrés e intento organizarlo y detectarlo antes de que me desborde”, los sanitarios expresaron las nuevas sensaciones que iban percibiendo. Un 40% indicó que había experimentado cambios en su capacidad de estar presentes. Asimismo, el 16% indicó cambios en su profesionalidad. Por último, el 87% indicó que con el programa había aprendido algunas estrategias para afrontar mejor el estrés, como habilidades de comunicación, organización del tiempo, manejarse en momentos estresantes y corregir hábitos.
Al finalizar, los profesionales percibían una menor alteración emocional, acompañada de un aumento de actividad y menor sensación de fatiga. También se produjo reducción del burnout. Paralelamente, se registró un incremento de la empatía hacia los pacientes.
Debido a esto, al final del programa, más del 90% de los participantes indicaron que habían experimentado cambios en su vida orientados al autocuidado. Por otra parte, se detectó que el entrenamiento había promovido actitudes muy positivas a nivel profesional como fortalecer las relaciones paciente-sanitario y una mejor regulación emocional.
Las personas que realizaron este estudio creen que esta autoconciencia, desarrollada gracias a la intervención, facilitó los cambios en las actitudes relativas al estilo de trabajo o a su estilo de vida de la mayoría de los participantes.
Por todo lo expuesto anteriormente, podemos concluir que los programas de Mindfulness pueden ser muy valiosos para los profesionales de la salud, dando a estos herramientas que los fortalezcan para momentos como los que estamos viviendo.
En los próximos años, tendríamos que empezar a ver cómo los sanitarios se familiarizan con el autocuidado y aprenden herramientas para facilitar cambios de hábitos. Una forma muy potente de cuidarse es el entrenamiento en Mindfulness.
En la próxima entrega hablaremos de cómo el Mindfulness nos puede ayudar a superar los traumas.
Me gustaría finalizar este blog expresando una inmensa gratitud a todos los profesionales que están en primera línea para ayudar a superar esta pandemia. Mil Gracias.
Gracias por vuestra atención. Espero poder ayudaros con estos escritos a vivir con más dignidad y paz.