El trabajo en el siglo XXI
El estilo laboral y empresarial propio del siglo XXI no nos está resultando muy gratificante. Incluso si se tiene la suerte de contar con un empleo, es probable que no se tenga mucha ilusión en llegar al puesto de trabajo cada mañana, ni se sienta uno muy afortunado por estar allí. Quizás te resulte difícil sacar adelante tu trabajo puesto que, en muchas ocasiones, se nos atosiga con multitud de reuniones inútiles, cambios constantes de planes, procedimientos burocráticos, múltiples mensajes o llamadas que atender, informando de cada paso que se da y con multitud de distracciones variadas…
Entorno VICA
Hay una terminología militar que define un entorno hostil como VICA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo). Pues bien, en cierto sentido, las organizaciones y las empresas se están convirtiendo en entornos VICA y esta hostilidad produce una creciente desafección en las personas que forman parte de ellas.
Si analizamos qué cambios están ocurriendo en los procesos productivos, veremos una gran aceleración de la velocidad del cambio y, por otro lado, una creciente complejidad en cualquier proceso, debido a múltiples capas regulatorias (local, autonómica, nacional y europea). Además de innumerables procedimientos administrativos propios de cada empresa. Si sumamos estos dos factores, velocidad y complejidad, nos encontramos con contextos donde las habilidades clave para tener éxito en el trabajo están cambiando.
Hasta finales del siglo XX, la actividad empresarial se basaba en procesos de baja complejidad y escasa velocidad (en comparación con el ritmo de trabajo actual). En este entorno, la diferencia competitiva radicaba en la capacidad de producir, en el acceso a materias primas, capital, automatización, eficiencia, calidad, etcétera. Sin embargo, con la llegada de la globalización, la complejidad y la velocidad aumentan y producir es algo que se puede subcontratar en China, por ejemplo. En este entorno, la diferencia competitiva está en el conocer; esto incluye marketing, diseño, patentes, legislación, financiación a medida, tecnología, etc.
El empleo y la globalización
Estas dos dimensiones, hacer y conocer, han sido tradicionalmente los territorios donde las escuelas de ingeniería, marketing y negocios han creado sus grandes almacenes de conocimiento. Me viene a la memoria mi trabajo, hace unos años, en una empresa de servicios especializada en la atención a personas.
En ella, se llevaba a cabo la elaboración del plan anual de empresa y la revisión del plan estratégico general a cinco años vista. Entonces, la velocidad del negocio requería estas intervenciones. Ahora esas acciones se han vuelto poco frecuentes ya que a la velocidad y el ritmo de trabajo actual, no se planifican los objetivos más allá de tres o seis meses, con suerte un año. Además, con la llegada de las nuevas tecnologías, se están revolucionando muchas áreas de trabajo, con la Nube, Big Data, Smart Cities, telefonía 5G, Micro-marketing…, los modelos de negocio están aumentando en complejidad y velocidad, y están entrando en el entorno Volatil, Incierto, Complejo y Ambiguo.
Lo realmente importante a la hora de desempeñar tu trabajo
Operar en este tipo de entornos resulta muy exigente. Las demandas que nuestro sistema nervioso recibe son elevadísimas y lo hacen estar siempre activo, como consecuencia de lo cual, tenemos la sensación de estar permanentemente cansados y angustiados por el exceso de presión que se recibe. En relación con todo esto, podemos observar que el consumo de psicofármacos por parte de los trabajadores está aumentando considerablemente en la actualidad.
Este uso de sustancias es un intento de mantener la mente libre de las patologías concretas generadas por un entorno hiperexigente, un intento en el cual no cabe, en la mayoría de las ocasiones, un planteamiento distinto al uso de fármacos que suelen crear la ilusión de una mejoría pero que no suponen una solución a largo plazo. En cambio, el entrenamiento de la mente o el hecho de aprender a trabajar de otra forma sí son soluciones que van a conllevar un cambio profundo y duradero.
En la actualidad, los directivos de las grandes empresas empiezan a tener un creciente interés en dos habilidades que hasta ahora no tenían importancia: la resiliencia y la ética. Creo que estas habilidades van a jugar un papel en la salud mental tanto de los directivos como de los trabajadores y en la sostenibilidad de las corporaciones. Y en esa nueva presencia las habilidades adquiridas gracias al Mindfulness serán primordiales.
Hasta aquí el primer escrito sobre Mindfulness y trabajo, dejo esta pequeña pincelada. Después de Navidades retomaremos el tema.
Gracias por vuestra atención. Espero poder ayudaros con estos escritos a vivir con más dignidad y paz.
También podéis encontrarnos en Jaén, nuestro equipo de Psicólogos en Jaén y yo, estaremos encantados de atenderos.